La atractiva esposa por contrato del multimillonario

La atractiva esposa por contrato del multimillonario

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Multimillonario

Introduction
Alessia fue al bar para escapar de la realidad de que se iba a casar con un desconocido. En el lugar encontró a un extraño que la excitó por completo, por lo que le entregó su virginidad. "¿Primera vez?" Ella guardó silencio, continuó con lo que estaba haciendo. ¡Pero el otro día conoció a su prometido y se sorprendió de que fuera exactamente el mismo hombre con el que pasó la noche! Antes de casarse, su esposo futuro le contó un sucio secreto sobre él, que era..
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Chapter

Amaba estar de vacaciones, lejos de los negocios y de las cosas de oficina. En aquella oportunidad, me encontraba admirando la puesta de sol mientras estaba sentada en la arena de una hermosa playa llamada Butterfly Beach.

Siendo sincera, rara vez me iba de vacaciones, pero en dicha ocasión lo necesitaba con urgencia.

En tanto miraba el ocaso y disfrutaba de la paz que este me brindaba, mi celular sonó de repente.

"Alessia, ¿cómo estás? ¿Qué tal la estás pasando?".

“Este es un lugar muy agradable, mamá. Todo va muy bien. ¿Cómo está papá?”.

"Nosotros estamos bien, hija. Te llamé para comunicarte que ya todo está arreglado y solo te estamos esperando. ¿Cuándo vas a volver?".

Ante su pregunta, yo solo me quedé callada. Creía que mi propósito era cumplir los deseos de mis padres, y como los amaba mucho, estaba dispuesta a cumplir cada uno de ellos. Sin embargo, esa tarea era demasiado para mí.

"Bueno, tengo que irme. Hay muchas cosas que tengo que preparar para la ceremonia y esas cosas. Vuelve cuando estés lista, querida. Pero recuerda; cuanto antes, mejor".

Cuando mamá colgó la llamada, las lágrimas cayeron por mis mejillas, ya que el motivo de estas vacaciones era escapar de lo que ellos me pidieron hacer: casarme con un hombre que no conozco. Siempre pensé que este tipo de situaciones solo pasaban en melodramas o telenovelas, sin embargo papá me dijo que era el hijo de su viejo amigo, así que tenía que hacerlo.

Claro que no estoy enojada, mas, algo dentro de ti ha muerto y me duele. No puedo creer que todavía tengan que hacer esto. 

A continuación, me levanté, fui a mi villa y me duché. Gracias a mi trabajo, pude ahorrar y comprar esta propiedad, la cual es realmente impresionante.

Eran ya las seis de la tarde cuando pensé en comer, pero después de esa conversación, ya no tenía apetito.

Pensaba volver allí y casarme con él cuando estuviera lista. Además, no tenía nada de qué preocuparme ya que todo estaba arreglado. Solo necesitaban llevarme a casa o perseguirme para que volviera.

Afortunadamente, el matrimonio se celebraría como un evento privado. No sé, tal vez querían que me casara rápido por alguna razón importante.

En fin, como no tenía apetito, me acosté en la cama y, sin darme cuenta, me quedé dormida.

Dadas las ocho de la noche, pensé en ir al bar. Este quedaba a pocas cuadras de mi villa, así que no me sería difícil volver. Además, no era tan desenfrenado como los bares de la ciudad, por lo que resultaba acogedor.

Cuando entré al lugar, las luces ya eran deslumbrantes. Entonces, me dirigí a la barra y vi a la gente dejándose llevar por la locura en la pista de baile.

Algunos de ellos se besaban una y otra vez, pero eso ya era normal a mis ojos. Salgo de fiesta tan a menudo que ya no me resulta tan vergonzoso.

Ya un poco ebria, tuve las repentinas ganas de bailar, así que fui a la pista.

Descargué el estrés que me había generado ese maldito matrimonio y todo lo que he había estado sintiendo toda esa semana. Mi cuerpo comenzó a calentarse cuando un hombre me acercó a él de manera inesperada.

Su mano tocó mi cintura y acompañó el balanceo de mi cuerpo al son de la música. No pude resisitirlo y gemí, pues era la primera vez que me tocaban así.

Que un chico se acercara a mí mientras bailaba era algo común. Después de todo, luego de unos minutos, tiendo a dejarlos solos o irme a casa. Pero este hombre...

Él me giró de repente usando su mano en mi cintura y quedamos cara a cara. Traté de observar su rostro, mas al estar tan cerca, se me hizo difícil. No obstante, poco a poco fui notando su serio semblante, su pronunciada mandíbula y sus llamativos ojos no tan claros.  Además, tenía una complexión muy masculina y su pelo estaba alborotado. Estábamos bailando hasta que, de un momento a otro, sentí un bulto en la parte inferior de su cuerpo.

"¡Sé que no es de tu incumbencia, pero esta semana me casaré con alguien que no conozco!", le grité debido a que la música estaba muy alta.

El chico no dijo nada al respecto y siguió mirándome mientras acariciaba mis labios con su otra mano. "Planeo entregarme a alguien antes de que ocurra ese tonto matrimonio y tienes suerte porque eres el elegido", le dije para luego sacarlo del bar y llevarlo a mi villa.

Cuando estábamos junto a la puerta, junté mis labios con los suyos y me sentí completamente extasiada. Nos separamos por un momento para abrir la puerta, pero me abrazó por la espalda y me acercó con fuerza hacia él para hacerme sentir su paquete. ¡Estaba realmente excitado!

Al abrir la puerta, nos dirigimos a mi habitación en seguida.

"¿Por qué haces esto? ¿No dijiste que te ibas a casar?".

Una voz muy grave se me reveló cuando de pronto me presionó contra la pared y me besó el cuello, soltándo su cálido aliento en mí.

"Sí, pero con un desconocido. Lógicamente, será con fines comerciales", expliqué entre nuestros besos. "Además, tú solo eres otro extraño para mí, puedo entregarme a quien quiera".

Lo empujé sobre la cama y me senté sobre él, asegurándome de que mi entrepierna estuviera encima de la suya. Entonces, empecé a besar sus labios en tanto bailaba sobándome sobre él.

Ante esto, el chico lanzó un gemido que me hizo notar su falta de aliento. Mas, cuando le quité la ropa, invirtió nuestra posición inesperadamente.

"Eso es", me susurró para luego besarme, haciendo que pierda la cabeza por completo.

Tras recobrar el sentido, me di cuenta de que aquel chico me había desvestido y solo llevaba ropa interior. Lo siguiente que sentí fueron sus manos quitándome el brasier y luego su boca chupándome el pecho izquierdo a medida que acariciaba el otro con su mano.

No me di cuenta de que sus manos siguieron las mías, pero repentinamente dijo; "¡Demonios! Estás tan mojada".

A continuación, insertó sus dos dedos, lo que hizo que dejara de gemir. Sentía dolor y, al mismo tiempo, un placer desbordante al tener su boca en mi pecho y sus dedos moviéndose muy rápido dentro de mí.

De pronto, puso su miembro viril cerca de mis labios y no supe qué hacer. Traté de lamer la punta con mi lengua, esperando que le complaciera, y luego intenté tragarlo entero.

Al hacer eso, el chico lo empujó en mi boca, haciendo que vaya mucho más profundo, y escuché un gruñido satisfactorio salir de él.

"¿Primera vez?", preguntó. Mas, yo guardé silencio y seguí en lo que estaba haciendo.

Acto seguido, y de forma inesperada, él rasgó mi ropa interior y recorrió desde mis labios hasta mi cuello con sus besos, como un hombre hambriento que vuelve del desierto.

El hombre acompañó la inserción de su dedo en mí, con su lengua jugando con la mía.

"¡Por favor!", le supliqué. En ese momento solo quería que me tomara y me hiciera suya. Estaba realmente decidida a regalar mi virginidad a un simple extraño.

Y por fin, cuando entró en mí, su calor me inundó.

"Mi*rda! Estás tan apretada".

Yo cerré los ojos de dolor y en pocos segundos sentí el verdadero placer por primera vez. Además, mientras se movía, sostenía y apretaba mi pecho, haciéndome gemir.

Era evidente que tenía mucha experiencia en esto, pues no cualquier haría que todo se sintiera tan bien de la nada.

"Más fuerte, por favor", rogué débilmente.

Al acelerar y llenarme con todas sus fuerzas, sus embestidas se escucharon como aplausos en cada impacto.

"Eres una chica mala", dijo sin aliento.

Y para mi sorpresa, él aceleró su ritmo, haciéndome gemir más y enloqueciendome con lo que me provocaba. Mas, minutos después, sentí que me dormía de deleite.

Vi al hombre marcharse, pero no tenía fuerza para preguntar a dónde iba. Estaba cansada, así que todo se oscureció poco a poco.

Por la mañana, desperté desnuda a medida que recordaba lo que había pasado anoche.

Me puse de pie y sentí todo mi cuerpo adolorido. 

Por lo tanto, me quedé inmóvil por unos segundos para luego dirigirme hacia el espejo.

"¡MI*RDAAAA!", grité sorprendida al ver dos chupetones en mi cuello.

Obviamente, fue como si me hubieran echado un baldazo de agua fría, ya que mi matrimonio se celebraría al día siguiente.

¿Cómo cubriría esto?

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